El programa solicitado y el espacio existente requieren un juego de niveles en el proyecto que se soluciona mediante un corredor central que asciende ligeramente desde la entrada y distribuye los espacios existentes y los nuevos, desde una entrada que soluciona los problemas de accesibilidad al edificio con rampas, escaleras y un ascensor que comunica las dos plantas. Entre estos nuevos niveles y los existentes hay espacio suficiente para ejecutar las instalaciones de la ampliación. Se prevé una pequeña recepción, como espacio de intendencia del edificio, vinculada a su acceso principal. La pieza principal la define el auditorio, ejecutado con una ligera pendiente y capacidad para 197 personas, que remata en un escenario, y cuenta con una salida directa al exterior. Tras él se sitúa la sala de control de luces y sonido, junto con un espacio de almacenamiento o ensayos; y al otro lado de la escalera se prevé otra sala con la misma finalidad. En medio, un pequeño cuarto de contadores y otro de limpieza. Sobre esto se dispondría un altillo, que podría ser ejecutado en una segunda fase, y que cuenta con zonas de camerinos con aseos. Junto a la entrada del auditorio se prevé el espacio de reserva solicitado, acristalado, y con balcón y vistas al exterior. También se reserva el espacio que ocupan actualmente los despachos, cuya liberación y traslado a los nuevos también se podría ejecutar en otra fase de proyecto. Los nuevos despachos se plantean separados al ventanal de vidrio existente para guarecerse del calor y luz excesivas del verano en una fachada orientada a sur, aunque su propio cierre será translúcido para permitir una adecuada iluminación natural. De la misma manera, la cubierta se prolonga todo lo posible buscando esa misma protección.

El corredor central, espacio definitorio y característico del proyecto, enfrenta a la piedra contra la madera. La iluminación correrá sobre el volumen de granito, como un rayo de luz longitudinal entre éste y la nueva cubierta; enfrente, la madera, cuenta con grietas verticales, algunas de las cuales serán ventanas transparentes que permitan ver lo que sucede al otro lado, otras translúcidas para reservarlo, y otras serán líneas de luz vertical que iluminen a ambos lados de la pared.

La envolvente exterior de madera se resolverá con una doble piel exterior, una solapada sobre la otra, tal como sucede con la corteza de los pinos, mostrando dos colores, uno rojizo y otro más oscuro. Para ello se utilizará madera termotratada, ofreciendo un acabado natural, sin productos químicos, y muy resistente, además de ofrecer los acabados y coloraciones deseadas. No hace falta hablar de la sostenibilidad de un proyecto construido mayoritariamente en madera, pero sí comentar que lo ideal sería poder construirlo con la madera de la propia Comunidad. En resumen, pasar del gris de la piedra, mediante el blanco y negro de este papel, a la vida y color de la madera.